Inspiración de talentos

Por: Álvaro Álvarez Díaz
Fotos: Juan Carlos Roque Alonso



No tengo la certeza si alguien imaginó el impacto, pero de lo que sí estoy seguro es que el primer encuentro oficial con los veteranos y glorias del deporte de Contramaestre, efectuado recientemente en Baire, ha dejado una huella imborrable entre los niños y adolescentes de este municipio, ubicado a unos 890 kilómetros al este de La Habana.

Cuenta un experimentado entrenador de atletismo que, en su habitual trayecto matinal, hogar-área deportiva el pasado fin de semana, tuvo un aliciente especial, incluso conmovedor: A unos metros del puente que enlaza la zona urbana de Contramaestre y el poblado de América, lo interceptó un padre con su hijo, interesado en que el niño se incorpore a la práctica del deporte rey.

“Mire Tony, el niño (11 años), quiere imitar a las “mellizas” –haciendo referencia a las fondistas Adelina y Fidelina Limonta Peña- le gusta correr y sueña con llegar a ser un atleta de alto rendimiento”…¿Qué usted me recomienda?.

La respuesta no se hizo esperar, “ahora mismo lo incluiremos en el área y a entrenar”…



Emiliano, luchador





Algo similar le ocurrió al conocido luchador de la técnica libre, Emiliano Tamayo Zamora, exintegante del equipo nacional cubano, hoy entrenador de niños en el área del reparto:”Patricio Lumumba”…”Profe, el muchacho escuchó en la radio parte de su historia como atleta y se ha interesado por la práctica de este deporte”…así se expresó el padre de Yasiel Labrada Aroche, alumno de quinto grado de la escuela primaria “Tony Alomá”.

Por las experiencias anteriores llego a la conclusión que, ciertamente es válido el reconocimiento permanente a esas personas, que dedicaron la mayor parte de su vida a la práctica de alguna disciplina, a cumplir con las exigencias que se requerían para lograr sus propósitos, renunciaron a la atención directa de la familia y se consagraron al entrenamiento, garantía de un buen desempeño en las competencias.

La mayoría de estos veteranos coincidieron en el tiempo, décadas del 60 y 70 en el siglo XX, algunos eran alumnos de la Escuela de Perfeccionamiento Atlético (ESPA) - antesala de las preselecciones nacionales-, otros como los peloteros Faustino Pantoja, y Osberto Llópiz, tenían que ir al campo de caña por la mañana y después cumplir con los entrenamientos (el verdadero pelotero amateur), porque vivían en zonas rurales muy distante del pueblo.

Ahora recuerdo, en los años difíciles del período especial principio de los años noventa, cuando las hermanas Adelina y Fidelina Limonta Peña salían en plena madrugada, tres-cuatro de la mañana, a cumplir con el kilometraje necesario para después asistir a los exigentes maratones, Marabana, Maramoa en el municipio holguinero de Moa, y otros que se efectuaban en el país, incluso estuvieron también en carreras de largo aliento en España y México.

“Era muy difícil –cuenta Adelina- sin embargo nosotros siempre andamos juntas, entrenábamos con un plan especial que nos indicaban los preparadores santiagueros, y el hecho de compartir todo mutuamente nos llenaba de ilusiones, salíamos de madrugada para la carretera y corríamos 25 ó 30 kilómetros, después alternábamos los días en la pista con algunos tramos para la resistencia y la velocidad, íbamos donde quiera que nos invitaran, sencillamente sentíamos placer cuando corríamos”.

Y ¿qué pasó?...”Imagínate –dice Fidelina- muchas exigencias, los estudios, la incorporación a la vida laboral, fuimos a cumplir misión en la República Bolivariana de Venezuela, y finalmente decidimos comenzar la etapa de desentrenamiento para dedicarnos a formar futuros fondistas en Contramaestre, un pueblo que amamos mucho”.

Escuchar estas historias resulta interesante, hay una mezcla de nostalgia y satisfacción que se traduce en tranquilidad espiritual, hicieron lo que realmente desearon, están en la historia deportiva del país y hoy constituyen inspiración para los niños, adolescentes y jóvenes que también poseen el talento y aspiran a brillar con luz propia en el apasionante mundo del deporte.