Boxeo Cubano: Alerta extrema

"El boxeo soy yo"....Kid Chocolate

Por: Álvaro Álvarez Díaz

La depurada técnica, el elegante estilo y la potencia de sus golpes, han identificado a través de la historia al pugilismo cubano, que goza de un bien ganado prestigio en la arena internacional, la mayoría entre amateurs, otros en el exigente boxeo profesional.

Ahora me viene a la mente Eligio Sardiñas ó mejor, “Kid Chocolate”, la excelencia encima del encerado, en la década de los años treinta se robaba el show en cualquier escenario, primer cubano que logró el título del mundo y en su brillante trayectoria acumuló 135 victorias, diez derrotas, seis empates, donde se incluyen 51 por la vía rápida. Fue exaltado al Salón de la Fama del boxeo mundial en 1959.


Rolando Garbey (de frente)en plena acción.

Otros ejemplos harían interminable la relación, sin embargo es obligado mencionar a los santiagueros Roberto Pérez Caminero “Chocolatico Pérez” convertido en el primer campeón panamericano en los juegos de Chicago 1963, proeza que imitó Rolando Garbey en Winnipeg¨67, Cali71 y México 75, antes en los olímpicos de Munich 1972 junto con el artífice del gancho, Enrique Regüeiferos alcanzaron la presea de plata.

Como es lógico para todo cubano que ha seguido el boxeo, el nombre de Alcides Segarra y del entonces asesor soviético Andrei Chervorenko, ocupan un lugar de privilegio a la hora del recuento y de escribir la brillante historia de éste viril deporte en la nación.

El Gran Teófilo Stevenson




También, Jorge Hernández, Douglas Rodríguez, Emilio Correa, Gilberto Carrillo, Orestes Pedroso, Luis Echaide, Adolfo Horta, Ángel Herrera, José Gómez, Sixto Soria, Ángel Espinosa, Félix Savón, Mario Kindelán, Guillermo Rigondeaux y el que muchos consideran el mejor boxeador cubano amateur de todos los tiempos, Teófilo Stevenson, marcan la referencia de una disciplina que durante muchos años constituyó el buque insignia del deporte en el país.

Pero….¿Qué ha sucedido?..A juicio de este comentarista son varios los factores a tener en cuenta en el evidente retroceso que muestra la disciplina, tras los resultados en certámenes internacionales que, no siempre son de primera calidad.

La decisión de unos cuantos titulares panamericanos, olímpicos y mundiales, de abandonar el país para incursionar en el boxeo rentado es un detalle que influye y determina en los resultados, las constantes indisciplinas de una buena parte de los integrantes de la preselección nacional es también otra razón, la falta de fogueo internacional, el poco interés que muestran la mayoría de las naciones por venir a los torneos que se celebran aquí, entre otras.

Ahora bien, considero necesario hacer alusión a las dudas de algunos aficionados preocupados por la falta de motivación que aprecian…por ejemplo, los gimnasios carecen de implementos para la práctica del boxeo, han desaparecido la mayoría de los torneos domésticos, los mejores entrenadores están en el exterior, en fín…

Otros criterios pudieran hacer muy extenso este trabajo, no obstante quiero incorporar un elemento que quizás no se tome muy en cuenta, precisamente por el dominio mostrado por nuestros pugilistas a través de la historia y la autosuficiencia que nos caracteriza.

La calidad de los rivales ha mejorado ostensiblemente, las figuras prometedoras de cada país son reservadas más tiempo en el amateurismo, la posibilidad de la mayoría de las escuadras de participar en certámenes europeos fundamentalmente, han propiciado un cambio sustancial en el panorama competitivo.

Es evidente que las circunstancias nos imponen un cambio de estrategia, estamos muy de acuerdo con los compromisos de solidaridad, sin embargo es preciso priorizar lo nuestro, de lo contrario enfrentaremos también el boomerang que significa preparar mejor a los rivales. No olvidemos que la mayoría de los deportes, entre ellos el boxeo, deben realizar eliminatorias zonales para asistir a los Juegos Olímpicos.

Por todo lo anterior estimo que, para mantener el prestigio y el puesto de vanguardia, es preciso tener al pugilismo criollo en máxima alerta para que no nos sorprendan.