Luces y sombras en verano

Por: Álvaro Álvarez Díaz
Foto: Alejandro Álvarez Vergara

Un refrescante chapuzón en el río Contramaestre y la participación en las actividades que tuvieron lugar en la muy concurrida área recreativa “La Chorrera”, marcaron el final de un programa que se extendió por espacio de dos meses, denominado: Verano con los míos, coincidiendo con el período vacacional de los estudiantes y la mayoría de los trabajadores.

Me consta que en todos los barrios y comunidades rurales, la presencia de los profesores de recreación, activistas, entrenadores de varias disciplinas, permitió que los niños, adolescentes, jóvenes, adultos disfrutaran de los juegos tradicionales, dama, dominó, parchís; además se insertaron varias iniciativas con el concurso de la población, como es la tracción de la soga, las carreras en sacos y en zancos, el kikimbol una modalidad que cada día incrementa más la participación de las mujeres de todas las edades.

Igualmente se efectuaron competencias de voleibol, balompié, béisbol, baloncesto, con la asistencia de jugadores de todas las categorías. Las artes marciales tuvieron su protagonismo en dos galas de taekwondo ITF y el taekwondo Deportivo, el kárate-do, y otras modalidades que se practican en las áreas habilitadas al efecto con acceso libre para el pueblo.

Merece un capitulo aparte, el “ejército” de activistas voluntarios que se incorporaron para apoyar todas las actividades que se organizaron en los barrios de los repartos: “Frank País”, “Patricio Lumumba”, “30 de Diciembre”, Rosabal, “Rodolfo Rodríguez” y La Filomena, entre otros. Hombres y Mujeres se encargaron de pintar improvisadas instalaciones para la práctica del voleibol y el baloncesto masivo, engalanar un parque para celebrar una simultánea de ajedrez o aportar implementos rústicos en algunas especialidades para suplir la escasez de materiales.

Pudiera parecer exagerado pero, con toda intención realizamos encuestas en la población en más de seis ocasiones en los dos meses, y más del 85 por ciento resaltó el éxito de las propuestas que se hicieron, no obstante hubo criterios de insatisfacción, como por ejemplo: es imperdonable que la piscina olímpica (orgullo de los contramaestrenses) no estuviera en pleno funcionamiento por falta del suministro de cloro y dificultades en el motor que recicla el agua para que no se descomponga.

Aquí me detengo, es cierto que fueron numerosas las opciones recreativas en todo el territorio, la variedad y organización resultaron detalles significativos, sin embargo la calidad no siempre cumplió el objetivo propuesto, me explico: en algunas áreas faltó el necesario equipo de audio que permitiera amplificar la convocatoria, además es preciso incorporar personas con facilidades en la animación de actividades para hacerlas más atractivas.

No basta con ubicar mesas y sillas para los juegos de dama, dominó, ajedrez o entregar un balón para jugar voleibol, baloncesto, hace falta la motivación y es ahí donde los responsables de garantizar el espectáculo deben desempeñar su papel.

Quizá las peñas deportivas pudieran liderar estos encuentros, ser más activas y respaldar cada propuesta, incluso se impone romper la inercia, la razón de ser de las peñas no es únicamente ir al estadio a aplaudir jugadas o provocar polémicas, es también crear espacios para el intercambio con veteranos del deporte, ampliar los conocimientos de la rica historia deportiva del municipio, la provincia Santiago de Cuba y de Cuba.

Estoy convencido que las críticas y las sugerencias serán bien acogidas por los encargados de preparar el calendario de actividades para la temporada estival del próximo año en un municipio donde se disfruta en lo deportivo, lo cultural, con disciplina. En resumen, garantizar más luz y disminuir las sombras.