sábado, 19 de febrero de 2011
Eterno inconforme y fiel enamorado
Por: Álvaro Álvarez Díaz
Fotos del autor.
Por estos días se vive, en Contramaestre, un ambiente deportivo muy alentador, se aprecia una singular motivación y los trabajadores se han insertado en un ambicioso proyecto que pretende festejar, como merece, el medio siglo del movimiento deportivo cubano, cuyo inicio está marcado en el 23 de febrero de 1961.
Como es lógico, desde el mismo comienzo hubo protagonistas, hombres que se entregaron en cuerpo y alma para llevar adelante la hermosa obra, que entre sus principales objetivos ha tenido siempre: la práctica sistemática del deporte, como elemento vital para garantizar calidad de vida.
En medio de los preparativos para festejar la fecha, pude localizar a alguien que representa la humildad personalizada, dispuesto a cooperar en todo lo que tenga que ver con la actividad deportiva en la comunidad y de manera particular en la recreación; Juan José Ferrer Neyra, sus más de sesenta años de existencia no constituyen obstáculos para mantenerse en activo, al contrario, la experiencia es fuente de inspiración, como él mismo sentenció en el ameno diálogo que sostuvimos en un banco del emblemático parque “Jesús Rabí” de este, su pueblo querido.
Periodista: ¿Su vínculo con el deporte es por casualidad o había antecedente?
Juan José: “No, ¿antecedente? que va, aquí no hubo deporte organizado nunca antes de 1959. Existía el equipo semi-pro de béisbol “Los Rifleros” que auspiciaban los dueños del central América y una descascaradora de café. Incluso los peloteros no eran de aquí, eran contratados de otras zonas del país. También se celebraban carteles de boxeo profesional en lo que se llamaba la valla de gallos, en la carretera de Maffo. Realmente eran los dos deportes que más actividad tenían por estos lares y…
“A mí siempre me interesó aquello, mi familia era muy pobre y las posibilidades para acceder me eran casi imposibles. Entonces comencé a ayudar. Llegó, felizmente, el triunfo de la Revolución y seguí como una especie de activista en lo que era la Dirección General de Deportes (DGD) que resultó después el embrión de lo que es hoy, el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER)”.
P: En los inicios; ¿qué condiciones tenía Contramaestre para desarrollar ese movimiento popular, desde el punto de vista de infraestructura constructiva y de personal?
JJ: “ Imagínate que contábamos con una sola instalación: el estadio de béisbol ubicado en las inmediaciones del central América. Después se fue organizando todo y se logró construir el estadio del reparto “Patricio Lumumba”. Aquí en el centro del pueblo, en lo que es hoy la galería de Arte y la Cafetería “Santiago”, se creó un gimnasio donde se practicaba el voleibol, baloncesto, judo, lucha, levantamiento de pesas. Igualmente se construyeron en los alrededores, campos rústicos para jugar pelota, y yo lo que hacía era ayudar voluntariamente a organizar las actividades donde quiera”.
“Con relación al personal especializado, en honor a la verdad no se contaba con entrenadores. Aquí llegaron técnicos de Palma Soriano; por ejemplo para fomentar la práctica del levantamiento de pesas vino, José Samé; para la lucha Mario Guardarrama; Ochoa para la esgrima; Nelson, en el judo; Pedro Hurtado para el boxeo; y otros que ahora mismo no recuerdo porque fueron varias etapas”.
P: ¿Llegaban implementos deportivos para la práctica de esas disciplinas?
JJ: “Si, si, en aquellos años llegamos a tener implementos de todo tipo. Cuando yo logré insertarme oficialmente en el INDER, como trabajador quiero decir, tuve el privilegio de recibir unas trescientas casas de campaña para el departamento de recreación, más de doscientas brújulas, fusiles de peerles. En sentido general tuve garantía de lo que para mí resultaba imprescindible. Fui a las escuelas, formé grupos de recreación, en fin, logré un amplio movimiento masivo”.
P: Puedo resumir que, ¿está usted satisfecho con lo alcanzado hasta aquí?.
JJ: “No tanto como satisfecho. Yo me considero un eterno inconforme. Contramaestre ha aportado un número considerable de atletas al alto rendimiento (Imilsis Téllez, Wilber Sánchez, Raúl Mora, Luis Soler, Luis Mariano Verdecia, William Mendoza, Emiliano Tamayo, Maricel Sánchez, Rubén Rodríguez, entre otros) y destacados entrenadores como Sarbelio Fuentes (boxeo), Jorge Núñez Domínguez (béisbol) y quien considero profesor de profesores: Adecio López Caraballo, pero todavía se puede lograr más. Es preciso seguir trabajando. En los últimos meses se aprecia un resurgir de la actividad física en el barrio. Los niños juegan béisbol, voleibol, baloncesto. La matrícula de la lucha libre y grecorromana sigue creciendo. Aquí hay talentos, de eso puede usted estar seguro. Yo estoy por encima de los sesenta años de edad pero me siento entero y voy a seguir contribuyendo. El deporte me ha dado la vida. Fui a Venezuela, trabajé en el estado de Yaracuy, y cumplí exitosamente la misión que me encomendaron. El deporte es un amor al que le seré fiel hasta la muerte”.
P: Gracias.
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