
Por: Álvaro Álvarez Díaz
Fotos: Inder.cu
Quince días de receso laboral (vacaciones) me sirvieron para disfrutar, junto a la familia, de intercambio con personas conocidas, amistades que hacía años no veía; también para sentarme en algunas ocasiones frente al televisor con el propósito de presenciar las competencias en los Juegos Panamericanos que tuvieron lugar en la atractiva ciudad mexicana de Guadalajara.
Hoy me resulta difícil escribir acerca del tema, porque prácticamente todo está dicho: la gente está complacida con el desempeño de los atletas cubanos en esa lid continental, donde “supuestamente” debían estar los mejores exponentes de cada país en las diversas disciplinas y es lamentable que, en algunos casos no fue así.



Fueron estos los momentos que, a mi juicio, constituyeron los más espectaculares donde hubo participación de los deportistas cubanos, sin embargo, también sufrí en momentos que serán para el olvido, como por ejemplo las derrotas ante Brasil en el voleibol, ante Estados Unidos en béisbol y Polo Acuático, en fin decepcionante estuvieron los deportes colectivos . Claro, hay “algunos” detalles que entiendo, otros me resisto a creer.
Extraña combinación de euforia e inconformidad identifica a una considerable parte de la afición deportiva en esta parte del país, la gente está consciente de las potencialidades, en algunos casos, y de las limitaciones técnicas y de calidad en otras.
Igualmente se califica de exagerada y sobredimensionada la ubicación de la delegación criolla en la tabla de posiciones por naciones. Muchos coinciden en afirmar que se puede crear un falso espejismo, encandilarnos y después la realidad nos pasa la cuenta, incluso podemos perder credibilidad.
¿Quién no sabe que la mayoría de las marcas en el atletismo, nada tienen que ver con la verdad sobre la pista y el campo hoy en el mundo? ¿Cuántos luchadores, boxeadores y judocas cubanos resultaron medallistas en certámenes universales este año? ¿Cuántos estelares renunciaron a intervenir en los Juegos? Todo eso debemos tenerlo en cuenta.
Aseguro que no estoy ajeno a las serias carencias que tiene el atleta cubano para prepararse, las afectaciones de índole tecnológicas, la falta de roce internacional, las deserciones, aunque hay elementos subjetivos que, a veces, tienen mayor incidencia en los resultados y causan mayor daño.
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