viernes, 12 de marzo de 2010

Hipótesis de esquina, con sólidos argumentos



Por: Álvaro Álvarez Díaz
alvaro@gritodebaire.icrt.cu

Me imagino que sea la nostalgia, los gratos recuerdos de lo que parece tardará algunos años para regresar a los escenarios de competencia, a las gramas de los estadios en Cuba, donde el béisbol forma parte del aire que respiramos, pero se escuchan a diario disímiles criterios de aficionados renuentes a reconocer la calidad actual de algunos peloteros y asumen posiciones radicales.

Con absoluta convicción se refieren a lo imposible que puede resultar para las actuales generaciones de jugadores, superar a otros que se convirtieron en patrones insustituibles dentro del pasatiempo nacional y aseguran lo difícil que es cualquier comparación.

No pretendo asumir en esas polémicas una actitud mediadora, sin embargo es preciso profundizar en los análisis y tratar de llegar a conclusiones lo más apegadas posible a la realidad, sobre la base de elementos medulares que pueden enriquecer el historial de figuras estelares que ciertamente sentaron cátedra en esta disciplina.

El intercambio transcurrió en un clima de respeto, transparencia, imparcialidad y seguro de la incidencia, el talento, la disposición y el protagonismo de aquellos peloteros que se entregaban en el terreno, lo mismo en el Latinoamericano, “Guillermón Moncada” u otra instalación del país, respondiendo a la exigente afición y a cuidar del espectáculo.

Hay épocas que no admiten comparaciones; Luis Giraldo Casanova está considerado el mejor right field en la historia del béisbol cubano, algo parecido ocurre con Juan Castro en la receptoría, Antonio Pacheco en segunda base, Omar Linares en tercera, Antonio Muñoz en la inicial, Víctor Mesa en el jardín central, German Mesa la excelencia en el short stop, Lourdes Gourriell o Armando Capiró en el left.

Es una muestra de lo que la mayoría considera como, lo más selecto del béisbol, en un país pródigo en figuras relevantes casi desde la segunda mitad del siglo XIX. Claro, se refieren a las series nacionales de béisbol, porque es lo que han visto. A veces pasa inadvertido un aficionado que trata de explicar sus vivencias cuando observaba el desempeño en el juego de Orestes Miñoso, Willy Miranda, Tony Taylor, o estelares del box como Adolfo Luque, Camilo Pascual, Luis Tiant, Mike Cuellar, Conrado Marrero, entre otros luminarias de ese deporte.

Ahora bien, ¿alguien puede afirmar absolutamente que Tony Taylor fue mejor camarero que Antonio Pacheco?¿ Willy Miranda superior a Germán Mesa?, incluso, ¿Omar Linares por encima de Germán Águila o Vicente Díaz?. Es muy difícil por la sencilla razón que jugaron en épocas diferentes, no se enfrentaron a los mismos lanzadores.

En ocasiones vamos a la consulta inevitable en estos casos; los números, que no siempre son tan reveladores, porque después de conocer que el tunero Osmani Urrutia fue cinco veces champion bate con astronómicas cifras de 400 o más, a nadie se le puede ocurrir compararlo con Casanova o Michel Enríquez uno de los primeros en average ofensivo de por vida junto con Omar Linares.

Ponerse todos de acuerdo es imposible, la polémica enriquece el conocimiento siempre y cuando sea entre personas sensatas, con opiniones sólidas y bien argumentadas, flexibles y dejando un margen para asimilar el criterio de los demás. No acepto la filosofía de que, la generación anterior a la actual sería incapaz también de imponerse en las fuertes competencias que tienen lugar hoy en escenarios foráneos.

Sin ánimo de cerrar el capítulo, sugiero analizar la hipótesis del barbero Esteban que asegura: “no es posible afirmar algo que pudo haber sucedido. En el año 1999 se admitieron los peloteros profesionales en las principales competencias internacionales, no fue hasta el año 2002 que pasaron al retiro las figuras a las cuales se hace referencia y que según algunos no eran capaces…bueno solo quiero decirles que se ganó la medalla de oro en los Panamericanos de Wininpeg´99, y el Campeonato Mundial de 2001, aunque se cuestionó la inclusión de varios de ellos en los equipos nacionales, sin embargo Pacheco fue el camarero del todos estrellas, Kindelán la primera base y Luis Ulacia el jugador más valioso. ¿Qué les parece?

2 comentarios:

  1. No pude ver los partido, Alvaro, pero creo que tambien estan un poco desmotivados por la perdida de algunos peloteros de punta del equipo.
    Hay que seguir trabajando con el pitcheo, y muy duro!.
    Un abrazo.
    Hubert.

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  2. Alvaro, como sabes no pude seguir de cerca la serie de este ano, pero sì he disfrutado la emociòn de campeonatos anteriores. Si el INDER y la Comisiòn Provincial de Baseball en particular no se ingenian un mètodo para estimular a los muchachos, no sòlo no podremos vencer las series sucesivas, me temo que el baseball dejarà de ser el deporte nacional por la falta de jugadores. No me malinterpretes, la pelota serà siempre nuestra gran pasiòn, pero sin un presupuesto y metas objetivos no llegaremos a ninguna parte.
    Con respecto a las comparaciones de las que hablas en tu material, pienso que no es justo comparar jugadores de èpocas diversas o guiarse estrictamente por las estadìsticas, a veces los numeros no hablan. Claro, cuando se habla de casos extremos como Kindelàn o Pacheco debemos quitarnos el sombrero, pero en general hay que ir mas alla. Ha dicho Hubert que hay que trabajar el pitcheo.....te digo yo que hay que reforzarlo todo, comenzando por la disciplina conciente de los muchachos.
    Un beso, Laritza.

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