lunes, 7 de mayo de 2012

Si, hay un camino... el de regreso a casa ( 2 final)


Por: Álvaro Álvarez Díaz

Aunque los números son bastante reveladores, es preciso llegar a la raíz para encontrar una respuesta convincente que justifique la debacle de un equipo considerado, por muchos, entre los favoritos siempre para ubicarse en un lugar de vanguardia en la 51 Serie Nacional de béisbol.

Múltiples criterios se escuchan a diario en cualquier esquina, centro laboral o estudiantil, los aficionados no asimilan la derrota y no es precisamente porque consideren que el equipo santiaguero es el ombligo del mundo, lo que es muy difícil digerir, opina la mayoría, es quedar impotente frente a rivales de menor categoría. Sufrir fracasos por errores  imperdonables que, son muestra de la inexperiencia de un colectivo técnico aún lejos de lo que exige este deporte.

Cómo se justifica que los lanzadores jóvenes, avalados por aptitudes físicas más que demostradas: buen somatotipo, velocidad entre las 85 - 90 millas, y fortaleza en el brazo, no sean capaces de dominar la zona de strike y mucho menos mantener la concentración en el trabajo que realizan.

Según valoraciones de los que saben: lo más difícil es encontrar un joven con talento natural, porque perfilar los elementos técnicos y tácticos es tarea de quien está responsabilizado con su preparación. Ponerla en zona, con limitaciones para el que pretende pegarle, se logra con mucha dedicación, estudio y análisis.

Alguien dijo, con certeza: el pitcheo es un arte. Hay que tirar strikes que parezcan bolas y bolas que parezcan strikes; sabio axioma para los que suben al box con el objetivo de ser protagonistas. Por eso sigo creyendo que en el staff de lanzadores del conjunto santiaguero hay jóvenes con muchas posibilidades, ah, es preciso intensificar la atención hacia ellos en todos los órdenes. Igualmente preocupante resulta, no solo en la selección indómita, las constantes equivocaciones en el corrido de las bases, lo mismo jugadores que coachs.

Perdí la cuenta, las veces que corredores santiagueros eran detenidos en tercera con amplias posibilidades de anotar y otras en que los mandaban al suicidio. Observé, también, mala selección en el tiro a las bases desde los jardines, y en algunas oportunidades rodadas lentas que iban más allá del infield, sin embargo el bateador-corredor no presionaba al fildeador.

Inadmisible para muchos, donde me incluyo, que un equipo Santiago de Cuba con aspiraciones finalistas y etiqueta de favorito por los especialistas, termine en el duodécimo lugar en defensa, con más de cien errores cometidos (106) en 96 juegos y a sus receptores le hayan robado 52 bases en 81 intentos. No pretendo hacer leña del árbol caído, pero considero oportuno hacer un análisis exhaustivo de lo ocurrido si queremos salir adelante y borrar esa mala imagen, dos años consecutivos, que le ha impedido a las Avispas estar fuera de los play-offs.

Es prudente, al menos así lo considero, convocar a una plenaria o como estime conveniente llamarla la alta dirección del deporte santiaguero, donde participen, veteranos del béisbol, entrenadores, integrantes de peñas deportivas, prensa, y cuanta gente pueda aportar, con el propósito de escuchar sugerencias y entre todos buscar la solución.

Urge movilizar entrenadores de la provincia que, hay bastante, para que busquen en cualquier lugar de la geografía santiaguera, adolescentes y jóvenes con los requisitos necesarios e interesados en ser lanzadores para ingresar a un centro especializado, dígase academia, concentrado.

Finalmente, no estaría de más invitar a los técnicos más avezados en otras provincias del país a impartir clínicas de pitcheo y quizás entrenamiento deportivo, junto con estrategia de juego, con el principal objetivo de superarnos y armarnos de las herramientas necesarias para llevar adelante el empeño de regresar a la vanguardia de un deporte que en Cuba es pasión.

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