sábado, 18 de septiembre de 2010

Velocidad y repertorio requieren control


Por: Álvaro Álvarez Díaz
matancero@gritodebaire.icrt.cu

A medida que se acerca la fecha para el esperado tope entre los preseleccionados de Cuba y Nicaragua, señalado para los días 22 al 26 de este mes en los parques Nelson Fernández, en San José de las Lajas y Latinoamericano en la capital, con la anunciada transmisión por la televisión, los aficionados comienzan a opinar, los más atrevidos adelantan las posibles alineaciones que pudiera presentar el manager cubano, Dr. Eduardo Martín Saura.

La mayoría coincide en afirmar que hay posiciones con nombre y apellidos como por ejemplo, la receptoría: ¿Alguien duda que sea Ariel Pestano? .Quizás se utilice a Frank Camilo Morejón, Yulexis La Rosa o Yosvani Alarcón, para decidir el acompañante de Pestano, si porque considero que deben ir dos y no tres receptores.

En el cuadro, donde deben ir seis, el panorama es muy distinto porque hay material suficiente para ponerse a pensar; estimo que el cienfueguero José Dariel Abréu está listo para asumir la responsabilidad en primera base, aunque no descarto al capitalino Alexander Mayeta por su experiencia y su condición de zurdo. La intermedia está que arde con el establecido Héctor Olivera y los pretendientes Yoilán Cerce y Yulieski Gourriell y la antesala tiene un nombre que será muy difícil de borrar; Michel Enríquez, para mí el pelotero cubano que reúne todas las herramientas para calificarlo de integral.

Párrafo aparte para la posición que los especialistas consideran la llave del infield, el short-stop; digo esto porque estimo injusta la exclusión de Luis Miguel Nava de los preseleccionados, sea quien sea el autor de tan descabellada decisión. No creo que Yorbis Borroto y Aledmis Díaz estén suficientemente preparados para asumir esa misión en un certamen que se anuncia en extremo exigente.¡A última hora han decidio incluir a Rudy Reyes!

En los jardines, donde pudieran ser cinco los escogidos, la situación se presenta más complicada; mi voto es para el contramaestrense Alfredo Despaigne en el left, sin discusión el cuarto bate del equipo; el muy mejorado Yoenis Céspedes en el centro; el santiaguero Alexei Bell en la pradera derecha con atributos que lo convierten en excelente jugador: buen brazo, certero en los tiros a las bases, sentido de la colocación para fildear conexiones aéreas y terrestres, rápido en el desplazamiento y buen bate. La cifra se completa con Frederich Cepeda y el guantanamero Georvis Duvergel.

Ahora bien, como es tradicional en los elencos antillanos que asisten a competencias internacionales, completar un staff de pitcheo, que en esta ocasión considero que deben ser once, con las características que requiere el béisbol moderno es una tarea extremadamente difícil, y tengo mis razones que sugiero presentarlas como interrogantes con el objetivo de invitarlo a usted a insertarse en un posible intercambio de criterios.

¿Están preparados los lanzadores cubanos para asumir un rol distinto al que desempeñan en la serie nacional? ¿Se ha interpretado bien, cual es el momento indicado para sustituir a un lanzador? ¿Se han interiorizado los requisitos que necesita un pitcher para salir a resolver una situación X en un juego?

Hace unos días leí que está definido llevar cinco abridores y tres cerradores, sin contar los intermedios, y pregunto: ¿Por qué tres cerradores? ¿Se tiene claro el concepto de cerrador? . Dicen los que saben que para cumplir con ese rol en una lid de unos doce juegos basta con uno, su eficiencia está en impedir anotaciones en el noveno capitulo con marcador de victoria.

Me atrevo a proponer un cuerpo de serpentineros donde; Norge Luis Vera, Miguel Alfredo González, Freddy Asiel Álvarez, Yadier Pedroso y el zurdo habanero Yulieski González sean los encargados de abrir, con Jonder Martínez, Norberto González, Odrisamer Despaigne, Ismel Jiménez y Pedro Luis Lazo en funciones de intermedios, dejando al veloz avileño Vladimir García para cerrar.

Sin ánimo de concluir; es oportuno tener en cuenta las virtudes físicas de los lanzadores mencionados, donde se distingue la velocidad y un aceptable repertorio, en la mayoría de los casos. No obstante considero requisito indispensable para aspirar al éxito, repasar un elemento determinante en las reales posibilidades de cada uno, el CONTROL de sus envíos.

Una vez se le preguntó al otrora estelar Conrado Marrero, cuya recta no rebasaba las 80 millas; ¿Cuál es el mejor lanzamiento de un pitcher? . Sin vacilación respondió: el strike.

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