viernes, 1 de junio de 2012

Después de todo, ¿qué?



Por: Álvaro Álvarez Díaz
matancero@gritodebaire.icrt.cu
No podemos negar que se vivieron jornadas intensas, algunas pasadas por agua, en la postemporada del béisbol cubano. En todo el país se comenta aún, el desempeño del inspirado equipo de Ciego de Ávila (Tigres), titular por primera vez, en el principal certamen deportivo de la Isla. La atractiva demostración de los elencos de Matanzas y Las Tunas, la pálida actuación de Cienfuegos y Sancti Spiritus, así como la combatividad de Granma e Industriales.
Llamaron la atención algunos jugadores que estoy seguro no faltaran en la nómina de preseleccionados para los escasos eventos internacionales del año: Topes vs Nicaragua y Estados Unidos, Semana beisbolera en Haarlem y… punto.
Un jardinero avileño nombrado Rusney Castillo se robó el show, resultó la bujía inspiradora del campeón; bateador de tacto y fuerza, rápido desplazamiento, potente brazo y certero en los tiros, buen fildeador y con impresionante sentido de la colocación. Tendrá un acompañante que exhibe similares herramientas: el matancero Guillermo Heredia.
En Holguín hay un pitcher, Pablo Millán Fernández, que ha dejado boquiabiertos a varios especialistas por el dominio que muestra en el box, la variedad de lanzamientos, los ángulos de salida de sus envíos, la concentración que le permite un autocontrol reservado solo para los estelares.
Puedo mencionar otros que también dejaron una grata impresión, sin embargo necesitan pulimento y ejercicios de memoria porque se bloquean con facilidad; se les olvida el conteo del bateador en turno, tiran a donde no es, repiten el mismo lanzamiento con el que le dieron jonrón en dos turnos anteriores.
Aunque no es mi propósito aguar la fiesta, estimo oportuno corregir el tiro para evitar males mayores, los mismos que han pasado inadvertidos cuando la victoria y el espectáculo se adueñan del escenario competitivo nacional. Urge revisar los elementos arcaicos, esos que otros se han visto obligados a cambiar. La vida es dialéctica e impone transformaciones, de lo contrario te quedas.
No es pecado auxiliarnos de técnicos y entrenadores actualizados con lo último del béisbol moderno. Aprecio un miedo aterrador a consultar un técnico dominicano, o venezolano, por ejemplo. Alguien dijo, a propósito de la clínica impartida por entrenadores japoneses: no es precisamente la doctrina japonesa la que deben asumir nuestros lanzadores, porque es otra cultura. Bueno, busquemos un latino o varios.
Hay comportamientos de peloteros cubanos que nada tienen que ver con la ética en el terreno, se dice y repite que las jugadas de apreciación no se discuten, los conteos tampoco, entonces por qué los berrinches, ya sea de jugadores o managers, eso no se corresponde con las exigencias de este deporte en el mundo.
En mis manos un ejemplar del periódico Granma publicado el lunes 15 de noviembre del 2010, donde aparece una entrevista realizada a, quien considero, uno de los técnicos mejor preparados de Cuba en estos momentos: Víctor Mesa Martínez; el periodista pregunta ¿Después de cinco décadas y de tantos títulos a todos los niveles, es posible hablar de una escuela cubana de béisbol, como existe en varios países de Asia o en Estados Unidos?
Víctor, responde: “Nosotros no tenemos ninguna escuela y digo eso porque no existen academias, sucursales, ni la categoría doble A, que no es exclusiva del profesionalismo, sino del lógico desarrollo de un deporte. Hay un solo béisbol”.
“La escuela cubana no existe. Una de las razones es que han pasado no pocos comisionados que no saben de béisbol. Somos potencia por una suerte de la naturaleza, del talento natural. Y si fuera a escoger un estilo, me gusta la escuela estadounidense porque, aunque nos duela por muchas razones, es el mejor béisbol del mundo”.
Posiciones de la 51 Serie:
1. Ciego de Ávila
2. Industriales
3. Matanzas
4. Granma

5. Villa Clara
6. Las Tunas
7. Cienfuegos
8. Sancti Spíritus
9. Santiago de Cuba
10. Pinar del Río
11.Guantánamo
12. Holguín
13. Camagüey
14. Isla de la Juventud
15. Metropolitanos
16. Artemisa
17. Mayabeque.


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