miércoles, 23 de mayo de 2012

Sobremesa antes de finalizar el banquete


Por: Álvaro Álvarez Díaz 
matancero@gritodebaire.icrt.cu
 Apenas comienza la final del mayor espectáculo deportivo del país: la Serie Nacional de béisbol y muchos coinciden en afirmar que ningún enfrentamiento será superior al vivido en la final occidental entre los equipos de Matanzas e Industriales, adjetivos en grado superlativo quizás no alcancen para calificar la hazaña conseguida por un grupo de entrenadores y atletas, protagonistas de algo que será difícil de superar.
Unos cocodrilos que jamás aparecían en los pronósticos de alguien, sin nombres reconocidos pero, con la adrenalina a la máxima expresión, entregados en cuerpo y alma, disertando de lo que es jugar béisbol ante un rival que los superaba en todos los indicadores, sobretodo en experiencia ante momentos de compromiso.
A un lado el resultado. Llegaron hasta el séptimo encuentro. Extenuados, con muchos deseos pero, desarmados. Subió al box un Jorge Alberto Martínez, desbordando coraje por encima del uniforme, sin embargo su brazo agonizaba. Toda la admiración y respeto merecen cada uno de los integrantes del equipo, el colectivo técnico –de donde sean, no importa-. Vimos una vez más a Manuel Benavides Muñoz (44 años, cinco sin jugar)  erigido como el gigante que es, cuando de entrega y pasión se hable. ¡Que acertado estuvo Víctor Mesa cuando lo llamó a filas!
No exageran los que afirman: Víctor Mesa y su colectivo de entrenadores le dieron un vuelco total al béisbol en Matanzas y… en Cuba. Cierto, porque conozco personas que llevan este deporte en la sangre y hacía mucho tiempo no se sentaban a ver un juego. Lo logró un hombre que impuso su estilo, con defensores y detractores, esto último debido a sus excentricidades que forman parte de su personalidad y nadie le va a cambiar. Surtió efecto porque ahí están los resultados.
Ojalá, lo digo con conocimiento de causa, todos los equipos participantes en la Serie Nacional entrenen y se entreguen, como lo hizo Matanzas. No siempre tener estelares en una nómina es saludable y malos ejemplos hay de sobra.
Aquí hubo peloteros saliendo del estadio como si hubiera sido de una fiesta cuando su equipo perdía por KO. Demostrando un irrespeto brutal ante la afición que resistía y sufría estoicamente sentada en un muro de concreto la derrota.
Hace unas horas alguien me comentó: ¿es cierto que la respuesta a los directivos de la Confederación de béisbol del Caribe, acerca de nuestra participación en la Serie del Caribe, depende del triunfo o no de Industriales en la Serie nacional? Ohhh.. esa si está dura.
Admito no tener la certeza de esa información. Algún mal intencionado pudo hacer andar la bola, no obstante prefiero esperar un pronunciamiento oficial al respecto.
Se comenta por ahí, una relación fantasma de los jugadores preseleccionados para la tercera versión del Clásico Mundial en el mes de marzo de 2013; si es así, considero muy apresurada la decisión. Aún falta camino por recorrer y cosas por demostrar. Es preciso degustar primero lo ofrecido y después comentar en sobremesa. Antes es un desatino.  

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