viernes, 4 de febrero de 2011

No se ve la luz; sombras nada más.



Por: Álvaro Álvarez Díaz

“Lo que estamos viendo no es ficción, es pura realidad”. Así a boca de jarro me lo hizo saber uno de los furibundos y leales aficionados que tiene el equipo Santiago de Cuba, en la historia de las series nacionales de béisbol, después de la humillante barrida propiciada por el conjunto Guantánamo en compromiso de mediados de semana, en el parque “Nguyen Van-Troi”.

Ocho derrotas consecutivas, de un elenco santiaguero, acostumbrado a dar batalla hasta el final, que no se da por vencido tan fácil, que no entrega sus armas al enemigo, respetado en cualquier escenario; resulta muy difícil admitir.

En consulta con quien considero el mejor compilador-estadístico de Cuba, Juan Antonio Rivas Franco, me confirmó que, jamás esto había ocurrido, ha sido la debacle total. Hoy nada funciona, la ofensiva por el suelo, el fildeo otro tanto, los receptores con un altísimo promedio en bases robadas permitidas y el pitcheo… ¿Qué pitcheo?.

Los guantanameros aprovecharon muy bien esta oportunidad y le ganaron los tres juegos, con KO incluido; primero 6-4; el segundo 13-3 y el jueves 6-5. En este último con revés a la cuenta del olímpico Danny Betancourt que, en un ataque de desesperación lo trajeron de relevo y permitió la de la victoria.

Coincido en parte con las opiniones de algunos colegas y aficionados: la fiera está herida y lo mejor que puede suceder es no seguirla provocando. Aconsejo un tiempo de paz para su posible recuperación. Ahora se impone un alto por la celebración, el domingo, del juego de las estrellas, por lo tanto la Serie se reanuda el martes. No obstante para la mayoría de los equipos, incluyendo a Santiago como ningún otro, servirá este aparente receso, para un reajuste de cara a la recta final de la etapa clasificatoria.

Cuando expresé que coincido en parte con los criterios de colegas y aficionados, es porque veo a la “tropa” algo desganada, se puede apreciar a simple vista la falta de motivación y eso puede ser fatal en las esperanzas de una vigorosa reacción que indiscutiblemente necesita el equipo. Los lanzadores de vanguardia experimentan un notable descenso en su rendimiento: Alaín Delá tiene una molestia en el hombro (tendinitis sub-escapular en el hombro derecho) que lo sacó de rotación por quince días; Alberto Bicet evidentemente no está recuperado de la operación Tommy John, en su brazo de lanzar.

Danny Betancourt con una alarmante inestabilidad en su trabajo y algo parecido le ocurre al estelarísimo Norge Luis Vera, ¿entonces?... Determinan darle baja a seis lanzadores y suben siete que hasta el momento, de los que han utilizado, ninguno ha sido capaz de asumir la responsabilidad con carácter.

También admito, porque no vivo en el planeta Marte, que la decisión de varios jugadores considerados talentos, de abandonar el país en busca de otros derroteros, ha incidido en el estrepitoso descenso cualitativo de la selección. Los que hoy están, quizás han llegado prematuramente y el período de adaptación requiere de mayor tiempo.

Hasta aquí mis apreciaciones, ahora le propongo a usted un vistazo a las siempre interesantes estadísticas que, no son tan frías, como algunos pretenden calificarlas. Son indicadores muy reveladores de lo que está aconteciendo en la grama, incluso le permite arribar a conclusiones.

Tradicionalmente la ofensiva indómita, ha sido una de las más respetadas en el béisbol cubano, sin embargo hoy es la penúltima del campeonato con 276 de promedio, superando solo a Metropolitanos (249). Las avispas santiagueras han pisado el home-play 259 veces; se han ponchado 195 y han recibido 198 boletos; entre los extrabases se cuentan 68 dobles, dos triples y 58 jonrones; han dejado 363 corredores en circulación.

A la defensa tienen un discreto comportamiento, se ubican en el cuarto lugar, con 43 errores cometidos en 50 juegos celebrados, 1882 total de lances, para un average de 977; a los receptores le han robado 37 bases en 57 intentos. Además, junto con los matanceros son los catchers que más pass-boll cometen con ocho.

Alarmante sigue siendo la situación del pitcheo, donde no se aprecia mejoría; en 423 entradas y dos tercios, permite 310 carreras, de ellas 285 limpias, para un promedio de ¡¡inefectividad!! de 6.05; la ofensiva rival es de 303, y los relevistas…¡¡¡Ay, relevistas!!!: en 150 inings y dos tercios, permiten 142 carreras y 134 son limpias, para un promedio por juego de 8.00, y los bateadores contrarios le promedian para 337. Los últimos del campeonato fácilmente.

Ahora el receso hasta el martes ocho de febrero y la tabla de posiciones en el oriente exhibe a Ciego de Ávila con balance de 32 victorias y 19 fracasos; a continuación Granma (31-20 a un juego del primero); Guantánamo (28-23 a cuatro); Villa Clara (26-26 a seis y medio); Las Tunas (24-26 a siete y medio); Camagüey (23-27 a ocho y medio); Santiago de Cuba (22-28 a nueve y medio) y en el último puesto Holguín (17-34 a quince completos de los avileños).

En Occidente; Pinar del Río y Cienfuegos comparten la cima con 34 ganados y 17 perdidos; después aparecen Habana (29-21 a cuatro y medio); Industriales (28-23 a seis); Sancti Spiritus (26-25 a ocho); Isla de la Juventud (20-31 a catorce); Matanzas (19-31 a catorce y medio); y los Metropolitanos en el sótano con 13 éxitos y 38 reveses a veintiuno del primero.

Durante martes, miércoles y jueves de la próxima semana, el equipo de Villa Clara visitará a Metropolitanos; Ciego de Ávila a la Isla de la Juventud; Holguín a Cienfuegos; Granma a Sancti Spiritus; Matanzas a Camagüey; Industriales a Las Tunas; Habana a Guantánamo, mientras Santiago de Cuba recibirá al inspirado Pinar del Río en el “Guillermón Moncada”.

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