miércoles, 16 de febrero de 2011

Imposible escribir la historia, sin incluir su obra.



Por: Álvaro Álvarez Díaz
Foto: Juan C. Roque Alonso.

Miles de contramaestrenses y otros que vinimos hace años para quedarnos en este atractivo pueblo, celebramos el día cinco de febrero, el cumpleaños 98 de su fundación, en medio de un gran jolgorio que incluyó el reconocimiento a importantes personalidades con una brillante trayectoria en varios sectores sociales.

Entre ellos un hombre imprescindible en la historia del deporte. Una persona siempre dispuesta a ofrecer testimonios interesantes. Hoy lo convencí para que me hablara de él; sí porque otra fecha de alta significación, está próxima: 23 de Febrero; cincuenta años de la creación del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER).

El diálogo resulta fluido y este guajiro no las piensa para salir delante…

“Oiga yo vine a oír radio, ver televisión y leer periódicos, cuando era prácticamente un adolescente, por lo tanto es imposible pensar que mi inclinación por el deporte tuvo algo que ver con tradición familiar, y mucho menos por presenciar algún evento”…

Adecio López Caraballo, conocido en Cuba con el seudónimo de Niño, nació el 16 de noviembre de 1939, en una zona conocida por Los Negros de Baire, a unos ochocientos kilómetros al este de La Habana. Como todo infante de su época, corrió, tiró piedras, y una vez más que otra se daba un chapuzón en el río Contramaestre.

“Ahh, eso sí, no podía faltar a los juegos de béisbol en la zona. Mi padre era un fiel aficionado a la llamada Liga Cubana donde participaban los equipos Habana, Almendares, Cienfuegos y Marianao, y bueno como todo cubano me interesó la pelota….”

Niño, se trasladó con sus padres a la vivienda localizada en calle 13, No. 141, Reparto “Patricio Lumumba” en Contramaestre, tenía quince años, el acceso a la escuela era muy difícil, por lo que se inicia muy temprano en los trajines laborales, como conductor de un camión encargado de trasladar productos agrícolas...

“Cierto, tuve que asumir responsabilidades, eso formaba parte de la disciplina y el respeto. Sin embargo, el tiempo me demostró que mi futuro guardaba estrecha relación con el deporte, y así empecé voluntariamente a impartir clases de Educación Física, a mi manera, por supuesto, en casi todas las escuelas primarias del pueblo, hasta que un día aparece una convocatoria para un curso de habilitación, y ahí sí quedé atrapado para siempre… ”

Se inicia para satisfacción de muchos niños y niñas de Contramaestre, la vida profesional de uno de los mejores profesores de Educación Física en Cuba. Incomprensiones en muchos casos, burocratismo en otros se encontró Niño, en su marcado interés por hacer prosperar la práctica del deporte aquí.

“Empecé por la gimnasia, mire usted que atrevimiento, una disciplina deportiva de alto riesgo, pero era eso precisamente lo que a mí me gustaba. Preparé exhibiciones con el llamado cajón sueco, invitaba a los muchachos a realizar ejercicios de elasticidad, y así hasta el año 1963 cuando me invitaron a trabajar con unos treinta alumnos de la Escuela de Iniciación Deportiva Escolar (EIDE) Santiago de Cuba, en voleibol…”

Es evidente que Niño se entregó tanto al deporte que enseguida llegó la recompensa: invitado a los Juegos Nacionales Escolares. Le dieron la oportunidad de entrenar niñas-talentos para competencias de envergadura, y después se encargó de darle oportunidad a las contramaestrenses Annis Téllez (hermana de la fenomenal pasadora Imilsis), así como Alice Ramírez, Reina Bicet, entre otras, que llegaron a escalar a lo más alto del podio en lides nacionales.

Buscando nuevos horizontes, Niño incursiona después en el Tiro Deportivo, a partir de observar una exposición que se realizó en Contramaestre con algún armamento. Todo esto lo motiva sobremanera al extremo de instalar con elementos rústicos un campo de tiro en un gran placer ubicado muy cerca del central América...

“Esa fue una etapa emocionante porque necesitó de mucho sacrificio, imagínate que en varias ocasiones tenía que entrar en botas de goma por las rodillas a cambiar las dianas porque aquello era una laguna cuando llovía, y de ahí emergieron excelentes atletas, por ejemplo la primera campeona centroamericana de tiro, Maricel Sánchez entrenó y se preparó en esa instalación, y otros que llegaron a obtener medallas en certámenes nacionales e incluso internacionales…”

Así transcurrió el tiempo. Niño López se ganó el cariño, el respeto y la admiración de todos; ganó múltiples eventos escolares, juveniles y de primera categoría, pero además sus valiosos aportes como educador ejemplar hicieron que hoy la mayoría de sus discípulos exhiban orgullosos un título universitario, y agradecen, en buena medida, los sabios consejos de este hombre que fue elegido en los años 1989,1990, el mejor entrenador de tiro deportivo de Cuba; donó once vacaciones para dedicarse a la construcción de un flamante campo de tiro.

“Me siento realizado, hice lo que quise, incluso después de jubilado, me dieron la oportunidad de representar a Cuba en la República Bolivariana de Venezuela; allí preparé un equipo escolar de voleibol que fue campeón de los juegos municipales en Bolívar en el estado de Yaracuy. Además estuve también en barrios y otros puntos de la geografía de ese hermano país, llevando salud a cada rincón…¡Qué satisfacción más grande!

Orgulloso de su historia se pasea hoy por las calles de su Contramaestre Adecio López Caraballo, o sencillamente “Niño”, y como si no le bastara lo hecho hasta hoy, comparte voluntariamente con entrenadores jóvenes de voleibol sus valiosas experiencias.

Algunos se alegran de tenerlo siempre, otros le profesan respeto y admiración, porque estamos en presencia de un hombre que ha mantenido la voluntad como receta, además el movimiento deportivo cubano le estará eternamente agradecido por su valioso aporte.

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