martes, 25 de enero de 2011

Se le perdió el respeto al jonrón.




Por: Álvaro Álvarez Díaz
Foto: Béisbol Cubano

Deporte es sinónimo de espectáculo y cada disciplina tiene sus interioridades que la convierten en preferida de multitudes. En el mundo la mayoría de los fanáticos prefiere el fútbol, bien llamado deporte universal, también el atletismo, el baloncesto, el voleibol y…. el béisbol, entre otros, para no absolutizar.

En cada caso la gente disfruta las buenas jugadas; en el deporte rey el sprint final de una carrera de velocidad es electrizante, el lanzamiento, los saltos, en fin, el público da rienda suelta a sus emociones pero, para lograr eso tiene que haber un momento que, algunos llaman el clímax. En el voleibol el fortísimo remate por encima de los bloqueadores, en el baloncesto el donqueo o el tiro de tres y en el béisbol, no hay duda que el JONRON enloquece el graderío.

Hasta aquí, todo bien, estamos de acuerdo. Sin embargo en los últimos campeonatos cubanos de pelota (como también se le llama al béisbol en Cuba), ver un bateador botar la pelota más allá de las cercas se ha convertido en un hecho tan natural que, salvo algunas excepciones –si es pelotero de nuestro equipo lo aplaudimos hasta el delirio- el resto lo aprecia como algo circunstancial y ya lo asimila sin inmutarse.

Desde principio de los años setenta del siglo pasado, observaba a mi padre que se acomodaba muy cerca de su viejo y destartalado RCA Víctor, para escuchar los juegos de la Serie Nacional; esporádicos gestos de satisfacción y la escandalosa carcajada, fueron despertando en mí el interés por conocer qué ocurría, ¿Por qué el viejo disfrutaba tanto aquello?... “Muchacho, jonrón de Marquetti con las bases llenas”..me decía eufórico.

Asi ocurría en aquellos años, cuando los lanzadores eran muy efectivos y pegarle un batazo de cuatro dimensiones resultaba difícil, eran los tiempos de Gaspar “El Curro” Pérez, Alfredito García, José Antonio Huelga, Roberto Valdés, Gregorio Pérez, Rolando Macías y muuuuchos otros. Eran los años en que Miguel Cuevas era el princial slugger de Cuba y en 1970 acumulaba nueves series nacionales, había conectado 48 jonrones y su promedio era de 286.

Eran los tiempos en que un jonrón narrado por Juan Antonio “Bobby” Salamanca constituía todo un acontecimiento, con su sello personal, el mejor narrador-comentarista que ha existido en Cuba le imponía un dramatismo inigualable, de tal magnitud que todavía hoy se utiliza en los spots de Radio Rebelde.

Entonces, tras el recuerdo, la realidad: como cambian los tiempos; hoy pululan los slugger, cualquier equipo tiene tres o cuatro jugadores con diez o más cuadrangulares. ¿Qué estará pasando?. Algunos dicen que es la pelota Mizuno-150 que bota mucho, otros se refieren a la escasez de pitchers estelares y algunos consideran que la celebración de los juegos en horario diurno puede influir.

No pretendo imponer criterios, respeto todas las opiniones y estimo que los análisis están bien fundamentados, no obstante comparto la segunda aseveración, en la pésima calidad de los lanzadores está la respuesta a la alarmante cifra de jonrones que ahora mismo suman 691, en 334 juegos celebrados y de esos, 37 han terminado con marcador de KO (ventaja de diez carreras en el séptimo ining).

Urge hacer algo para salvar el espectáculo, de lo contrario se perderá el interés, en una serie que debió ser de oro por los cincuenta años y por su calidad pero, hasta ahora va dejando muchas interrogantes. ¿Cómo es posible que los bateadores cubanos conecten jonrones, aquí, con tanta facilidad y en los torneos internacionales pasen tanto trabajo?. Sólo una dejo a su consideración… ¿Será verdad que se le ha perdido el respeto al jonrón?.

2 comentarios:

  1. Que buen comentario Álvaro. Me alegra mucho que hayas tocado este tema. Desde que comencé a leerlo
    solo pensaba en lo mal que estan todos o casi todos los pitchers de Cuba, salvo algunas excepciones, claro.
    Aquí y no mas. El pitcheo.
    Un pitcher con una preparacion adecuada, no deben darle mas de un cuadrangular cada 3 ó 4 juegos.
    Recuerdo el año en que Jorge Nuñez decidió entrenar el pitcheo del equipo Contramaestre con aproximadamente de 2 meses de antelacion y con las condiciones necesarias para hacer lo que tenia en mente. Creo que fue en el año 1998 o el 99, no recuerdo bien.
    Bueno, el resultado en la etapa clasificatoria, si mal no recuerdo: 32 juegos ganados
    ¡¡¡¡ 1 perdido!!!!.
    Lógicamente hay que preparar la ofensiva adecuadamente y tambien la defensa, (ese año Mayito se esmeró tambien en estos departamentos), pero el pitcheo es el alma del juego de pelota, el comienzo, es la raiz. Un arbol sin raiz se cae facilmente. Un equipo con un pitcheo debil, igual, aun teniendo una ofensiva temible.
    Un abrazo.
    Hubert

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  2. coincido en que el picheo es la clave de que se conecten tantos jonrrones en nuestras series nacionales,si se trabajase mas cientificamente en este campo de seguro otro seria el comentario [porque tanpocos jonrrones]consideren lo que digo y me daran la razon

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