martes, 23 de noviembre de 2010

Conteo de protección para el boxeo santiaguero.




Por: Álvaro Álvarez Díaz
Foto: Internet.


Me voy a atrever a hacer valoraciones pero, créanme que lo hago casi a ciegas, sí; porque cada vez son mayores los obstáculos que se deben sortear para conocer en detalles, por parte de la prensa, la situación de alguna disciplina, así como el desempeño de los atletas en las diversas competencias.

Todo se ha convertido en un enigma y nos corresponde desentrañarlo en beneficio de los aficionados necesitados de conocer la verdad, además se sienten con todo el derecho de recibir una explicación que, hasta ahora nadie se atreve a decir.

Concluyó el torneo nacional por equipos de boxeo, un certamen que servirá de referencia para los especialistas después de conocer la decisión de pasar el Nacional “Playa Girón” para finales de año. Esto trae como consecuencia que para enfrentar el calendario internacional, es preciso tener en cuenta el resultado individual en esa lid.

Hasta aquí todo bien; se demostró que las escuadras de Guantánamo, Camagüey y Ciudad de la Habana, constituyen la vanguardia del pugilismo en Cuba. Sin embargo el comentario general es: ¿Qué le pasó a Santiago de Cuba? La cuna del mejor boxeo de este país.

¿Dónde están los sucesores de Rolando Garbey, Emilio Correa, Douglas Rodríguez, Félix Betancourt, “Chocolatico” Pérez, Alejandro Montoya, Héctor Vinent, entre otros? Esos hombres capaces de crear un estilo, de poner su nombre y el de Santiago de Cuba, con letras doradas, en el historial de este deporte en la nación.

Por favor, con el mayor respeto a algunos colegas, no admito justificaciones que he leído y escuchado en varios medios. La ausencia de los estelares en las dos primeras fechas de la final quizás pudo haber influido pero, no es esa la única razón de la debacle ocurrida en esa etapa del torneo. Tampoco estoy de acuerdo con posibles malas decisiones de los señores jueces.

Es cierto, hoy la escuadra indómita depende mucho de Jorge Luis Mustelier (56 Kilogramos), Carlos Banteur (69 Kgs) y José Angel Larduet en los superpesados; no obstante considero que las apabullantes derrotas sufridas ante los elencos de Ciudad de la Habana y Guantánamo (ocho victorias a dos); ante Pinar del Río y Camagüey (siete a tres) y el ¡¡¡empate!!! a cinco vs Villa Clara, no tienen nada que ver con el prestigio y la valía del boxeo santiaguero.

Estoy seguro que el pormenorizado análisis se hará de inmediato, la situación es preocupante aunque, hay elementos dignos de tener en cuenta como, por ejemplo: algunos púgiles establecidos entre los mejores de Cuba, decidieron cambiar el rumbo de sus vidas antes de comenzar la justa, y esto limitó, en gran medida, un buen resultado porque, obligó a los técnicos a variar la estrategia.

Acudir a figuras noveles puede haber sido determinante, la inexperiencia pasó factura. Eso se entiende. Sin embargo, algunos miembros de la preselección nacional no aportaron lo que realmente se necesitaba para terminar en un lugar decoroso. Mustelier perdió combates ante rivales desconocidos, lo mismo le ocurrió a Yosvany Hechavarría y Antonio Bicet.

Como escribí al principio, es muy difícil cuando se carece de elementos, hacer valoraciones porque, se corre el riesgo de ser injusto y no es ese precisamente el objetivo de este comentarista. Mi propósito está centrado en amplificar lo que para muchos es inadmisible: no puede ser Santiago de Cuba, último lugar en una final de boxeo. La gente lo considera inaceptable. Hay que buscar las causas. ¿Qué faltó? o ¿Qué falta?

Ojalá el boxeo santiaguero se reponga de este golpe contundente. Pienso que se trata solo de un conteo de protección. Soy del criterio que existe un colectivo técnico capaz, los talentos están ahí y es preciso pulirlos para borrar, pronto, esa mala imagen. Lo exige el pueblo a quien se debe rendir cuenta con sólidos argumentos.

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