lunes, 1 de noviembre de 2010

Al fin, la sonrisa.


Por: Álvaro Álvarez Díaz

A pesar de las muestras de inconformidad de mi vecina por las molestias que le originó en la mañana dominical, escuchar, tan temprano, la transmisión de la televisión del juego entre los equipos de Cuba y Países Bajos, decidiendo el título de la última Copa Intercontinental de béisbol; mis hijos y yo disfrutamos hasta el delirio el desempeño de los nuestros por muchas razones.

Primero, porque somos cubanos, admiradores de estos muchachos que salen al terreno con una presión enorme, conscientes de lo que significa perder, algo a lo que su afición no se acaba de acostumbrar aunque terminen en segundo lugar y saben también lo importante que resulta una victoria.

Me alegró sobremanera que fuera Alexei Bell el autor del cuadrangular por el centro del terreno para que la ventaja fuera más holgada; si porque Bell es santiaguero. Me alegró mucho que otro santiaguero; Héctor Olivera Amaro fue el líder de los bateadores y demostró que es el indiscutible MEJOR camarero de este país (por favor, no cuestionen más su calidad).

Estoy convencido que ellos no necesitan que alguien los defienda, los considero suficientes para hacer valer su talento, su coraje y sus virtudes que los identifican en cualquier escenario pero, estimo oportuno tomarlos como referencia porque, no tenerlos presente a la hora de hacer un line-op del equipo nacional de Cuba es un ERROR garrafal, espero que lo sucedido en Taipei sirva de escarmiento y el que vuelva al timón no se le ocurra excluirlos.

De vuelta a la mañana dominical. Fueron muchos los que compartieron el triunfo, en un breve recorrido por el barrio pude apreciar rostros de satisfacción, las mujeres y los niños también se contagiaron y salieron bien temprano de la cama (5:30 am) para disfrutar el partido… Después del juego, una señora se disponía a llevar su nieto al parque y se encontró una improvisada peña deportiva frente a mi casa y nos comentó: Caramba, al fin pude ver a los peloteros cubanos reírse. Oiga porque la pelota es un deporte, hace falta relajarse, divertirse. Los muchachos estaban tensos. Realmente necesitaban ganar.

Sólidos argumentos expuso la señora Mirtha, quien confiesa haber visto béisbol desde que Los Rifleros de Contramaestre dominaban en la zona, allá por la década de los años cuarenta en el siglo pasado, con Rafael Noble, “Chiquitín” Cabrera, “Cuchilla” Catalá, los hermanos Vargas (Juan de Dios, Guasa y Huesito), entre otros.

Lo cierto es que; llegó la hora de sentirnos contentos, de admirar a los disciplinados peloteros cubanos, supieron cumplir con las exigencias y los reclamos de la gente. Una vez más se demuestra que necesitan también el apoyo espiritual para sentirse a plenitud en la actividad que realizan.

Claro, no estoy ajeno a otros criterios que escuché en la terminal del ferrocarril, como por ejemplo: ¡Ahh!, aprovecharon el “jamón”, así cualquiera gana. Ahí no había rivales de consideración. ¿Cómo es posible que, en un Torneo de béisbol, Holanda e Italia terminen por encima de Japón y Sudcorea? ¿Qué peloteros llevaron los asiáticos?.

Entiendo en parte las opiniones. Mas allá de la victoria es preciso el análisis, estamos obligados a insertarnos en los nuevos modelos de un deporte que identifica al cubano. Hay que ponerse a tono con lo que exige el béisbol mundial. Mejorar la atención a los atletas. Cuidar el espectáculo y hacerlo más atractivo. Garantizar los guantes, las pelotas y los bates para las áreas de cada municipio con el objetivo de atraer a los niños.

Hacen falta managers más creativos y menos dogmáticos, entrenadores eficientes, capaces de avizorar lo que puede ser un problema. ¿Cómo es posible asistir a un evento (Premundial) y darse cuenta en medio de la competencia que no llevaron primer bate que tenga los requisitos necesarios para cumplir esa función?.

Finalmente deseo exponer algo que me causó una gran decepción y no comparto de ninguna manera. El que decidió, no se si fue el manager o su colectivo asesor, entregar la pelota al habanero Miguel Alfredo González para el juego final, por encima del mejor pitcher cubano del momento Norge Luis Vera, tiene mi reproche absoluto. Esa era una oportunidad única para que Vera se despidiera de los eventos internacionales como lo que es. A Germán Mesa, a Eduardo Martín o a quien sea, considero que le faltaron el respeto al estelar.

Lo más sobresaliente de la última Copa Intercontinental:

Mejor Bateador: OLIVERA A. Héctor (CUB) – (593-16/27)

Lanzador con mejor promedio de carreras limpias: PAN Wei-Lun (TPE) – (0.00-10.0 IP)

Lanzador con mejor promedio de partidos ganados y perdidos; HINOJOSA H. Dalier (CUB) – (2-0-9.2 IP)

Más carreras anotadas: DESPAIGNE R. Alfredo (CUB) – (9)

Más jonrones: KIM Jae Hwan (KOR) – (3)

Más bases robadas: JUNG Soo Bin (KOR) – (5)

Más carreras anotadas: OLIVERA A. Héctor (CUB) – (10)

Mejor jugador defensivo: GREGORIUS Mariekson (NED)

Jugador más valioso: OLIVERA A. Héctor (CUB)

EQUIPO TODOS ESTRELLAS

Mejor lanzador abridor: PAN Wei-Lun (TPE)

Mejor lanzador relevo: PEDROSO G. Yadier (CUB)

Receptor: ANGRISANO Juan P. (ITA)

Primera base: SMITH Curt (NED)

Segunda base: OLIVERA A. Héctor (CUB)

Tercera base: GOURRIEL C. Yulieski (CUB)

Shortstop: GREGORIUS Mariekson (NED)

Jardineros: BELL Q. Alexis (CUB)

DUVERGEL R. Giorvis (CUB)

LIN Che-Hsuan (TPE)

Bateador Designado: KIM Jae Hwan (KOR)

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