miércoles, 15 de septiembre de 2010

Absolutizar tiene su riesgo


Por: Álvaro Álvarez Díaz

Escuchar opiniones de los aficionados en relación con los espectáculos deportivos nacionales e internacionales, es parte del acontecer diario de esta profesión. Algunos plantean sólidos argumentos, otros son a veces superficiales pero, tienen sus razones, la desinformación los ahoga, se muestran desarmados, falta en ocasiones la aclaración oportuna.

Se considera una actitud natural de los máximos responsables del béisbol en este país ocultar los detalles de una selección, inadmisibles ausencias o inexplicables inclusiones. Está demostrado que le tienen fobia a los medios de comunicación. Es evidente la falta de transparencia, porque no creo, bajo ningún concepto que la integración de un grupo de peloteros a una preselección sea motivo de tanto misterio.

La pregunta hoy, de la gente que sigue este deporte es: ¿Por qué no fue incluido Leonys Martin en la preselección?. Sencillo, decidió irse del país, ya..¿Qué tiene eso de complicación?. El caso de Luis Miguel Nava, hay veinte versiones: que si está enfermo de los riñones, que si no rinde en los eventos internacionales, que al colectivo de dirección no le interesa, en fin……el mar.

Advierto, el público lo que necesita es información para evitar el chanchullo, el chisme y el brete y todo lo que se forma alrededor de un atleta que por X motivo no aparece en la nómina de un equipo, sea de su provincia o nacional. A todo esto hay que añadir también la influencia de este proceder en las opiniones de algunos especialistas que se consideran dueños absolutos de la verdad y cuando sentencian algo ellos mismos consideran que es ley.

El privilegio de estar detrás de un micrófono no le da potestad a ningún colega para imponer criterios, ni obligar a los oyentes o televidentes a admitir algo que es difícil de asimilar. Las frases pueden quedar en la memoria, depende quien las diga, sobre todo si se trata de un profesional, que en Cuba ha habido y hay muchos, por suerte, pero también, por cuestiones de jerarquía territorial el público suele dar crédito a lo que escucha en el mal llamado “nacional”, y se hace eco de lo que alguien dijo por ese medio.

Hace unos días se dijo: Ariel Pestano es el mejor receptor de la historia del béisbol cubano, no, no, por favor; respeto para los grandes; Lázaro Pérez, Juan Castro, Alberto Martínez, Pedro Medina. ¿No es más profesional decir: Ariel Pestano es “uno” de los mejores receptores de la historia del béisbol cubano?.


Más reciente, se trata de insinuar que la serie final entre Villa Clara e Industriales resultó la “mejor” de las que se han efectuado…Tampoco se admite, ¿por qué?, por la sencilla razón que aquella de 1999 entre Industriales y Santiago de Cuba mantuvo en vilo al pueblo de Cuba, por lo reñida, por la calidad de los partidos, por la entrega de los jugadores, por la victoria de Santiago y porque disfrutamos hasta el delirio el bellísimo trofeo de ¡¡¡CAMPEON!!! pintado de azul, porque se llegaron a creer que el título se quedaba en la urbe capitalina.

Otros ejemplos pudieran enriquecer este trabajo; sin embargo la intención es sugerir mayor discreción a la hora de hacer valoraciones. Cada ser humano es capaz de hacer análisis, comparaciones y después llegar a conclusiones de acuerdo con los elementos que posee, sobre la base de sus conocimientos y la realidad objetiva.

En la misma medida que respetemos las opiniones de los demás, que dejemos pensar a los fieles seguidores del deporte en Cuba, así nos respetarán. Donde quiera aparece un conocedor de nuestro pasatiempo nacional y es preciso ofrecerle espacio, es necesario también mantenerlo al tanto de las decisiones y por qué se hacen. No podemos olvidar que los cubanos tienen un sentimiento especial por el béisbol, desde los aborígenes. Lo absoluto puede ser rechazado y tiene su riesgo, perder profesionalidad.

1 comentario:

  1. Muy buenos tus comentarios Álvaro. Felicidades por estar de nuevo actualizando al mundo con el deporte de nuestra querida tierra.
    Hubert.

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