lunes, 21 de junio de 2010

Sueños infantiles amplían el espacio




Lanza Rubén Rodríguez y batea Luis Mariano Verdecia.



Por: Álvaro Álvarez Díaz
Foto: Yuzdanis Vicet Gómez

Notable repercusión ha tenido entre los aficionados al deporte en Contramaestre, la apertura de una nueva instalación para jugar béisbol, con el objetivo supremo de mantener en los niños su interés por la práctica de una disciplina que constituye pasión entre los que habitamos esta Isla de Cuba

Bautizado con el nombre de: William Mendoza Rosario, otrora estelar jardinero de los equipos orientales en las primeras series nacionales, oriundo de este territorio, quien falleciera en un trágico accidente de tránsito en marzo de 1985, se inauguró frente al hospital general docente Orlando Pantoja Tamayo el ya popular Beisbolito.

A tono con el entusiasmo que generó en el pueblo contramaestrense la noticia de que el municipio se ubicó en el primer lugar de la emulación Aniversario 57 del Moncada, los entrenadores, profesores de educación física, activistas, glorias deportivas de la localidad y los niños como principales protagonistas, estuvieron presentes en este sublime momento que se puede considerar punto de partida para iniciar una etapa significativa de esta disciplina en los infantes.

Contagiosa resultó la alegría inconfundible que solo son capaces de proporcionar los dueños del futuro y que alcanzó toda su magnitud durante la calurosa mañana sabatina cuando salieron al terreno los integrantes de dos equipos de la categoría 9-10 años; quizás impresionados por la multitud que se reunió en los alrededores, pero convencidos de la oportunidad que se le brinda para demostrar el talento y las cualidades que poseen.

Fuimos testigos igualmente del encuentro con la imprescindible historia, al disfrutar en el recién estrenado diamante la atinada decisión de encargar a dos figuras sobresalientes del pitcheo santiaguero la apertura oficial de la útil instalación. Primero Luis Mariano Verdecia Fonseca, integrante de los equipos Mineros y Orientales en ocho series nacionales en la década de los años sesenta en el siglo XX, esta vez en funciones de bateador frente a uno de sus discípulos más aventajados Rubén Rodríguez Medrano, encargado de hacer el envío inicial, lanzador zurdo que alcanzó 98 victorias y sufrió 61 derrotas, para un excelente promedio de 616, en dieciséis campeonatos nacionales con elencos santiagueros.

La mayoría de los presentes en la sencilla ceremonia que contó además con la presencia de los principales dirigentes políticos de la provincia Santiago de Cuba, coincidieron en afirmar lo valioso que será para el béisbol en Contramaestre la puesta en funcionamiento de esta área deportiva por muchas razones, la más importante es la oportunidad que tendrán los infantes de aprender los elementos básicos de una disciplina que incrementa cada día el número de practicantes y que los habitantes de la localidad exigen resultados para estar a la par de sus similares de la provincia.

Conocí en esta ocasión algunos padres muy motivados y satisfechos a la vez, porque los niños tienen otro espacio para aprovechar en algo saludable su tiempo libre. En cuestión de días ese mismo terreno servirá de sede al certamen municipal en la categoría 9-10 años, donde competirán seis equipos en representación de igual cantidad de barrios del territorio.

Los organizadores manifestaron a este reportero, la intención de amplificar la iniciativa al resto de los asentamientos poblacionales que se encuentran distantes de la cabecera municipal y que poseen instalaciones rústicas, donde el béisbol ocupa un lugar de preferencia.

Salí de allí convencido de que los resultados serán mejores en el futuro, los entrenadores están entusiasmados y demuestran la necesaria voluntad para consolidar la práctica del deporte nacional cubano en este pueblo. Es evidente que estamos más cerca de alcanzar lo que antes parecía una quimera.

1 comentario:

  1. Felicidades a todos.
    Realmente hecho mucho de menos a la enseñanza y a estar involucrado en este deporte. Hubiese querido estar ahí. Un abrazo.
    Hubert.

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