lunes, 1 de febrero de 2010

Urge una fórmula para evitar el bostezo



Por: Álvaro Álvarez Díaz

Quedarse en casa una noche de sábado, para presenciar a través de la televisión un cartel de boxeo, es una decisión de los muchos que en este país prefieren un espectáculo deportivo DE CALIDAD, antes que cualquier otra opción en centros nocturnos, plazas, parques, cines ó casas de cultura.

Después de la experiencia vivida en casa, cuando unos amigos y mi hijo mayor preferimos sentarnos a ver la final del torneo nacional de boxeo “Playa Girón”, la decepción invadió mis intereses y les aseguro que ese castigo jamás se lo volveré a imponer a mi esposa, quien lavó la ropa, fregó y limpió la casa temprano, como de costumbre, para salir al paseo de fin de semana.

Les cuento que, unos treinta y cinco minutos después de haber comenzado la velada, dos amigos se recordaron de algunas obligaciones domésticas pendientes, al poco rato un tercero se disculpó porque tenía guardia, el domingo temprano, en el centro de trabajo, en fin…. En la sexta pelea, me acompañaba en la sala de la casa, mi disciplinado hijo.

Parece que la soledad me hizo dar una vuelta al pasado, y con ese don que le ha dado la naturaleza al ser humano de trasladarse en el tiempo, recordé a los Douglas Rodríguez, Gilberto Carrillo, Ángel Herrera, Adolfo Horta, Ángel Espinosa, Candelario Duvergel, Rolando Garbey, hasta el propio Teófilo Stevenson, verdaderos artífices en el arte del boxeo técnico, táctico y sin permitir, ni ofrecer tregua al rival aunque se hubieran criado en el mismo barrio.

No puedo ser absoluto, me permito reconocerlo, disfruté el triunfo de los santiagueros, en particular el desempeño del subcampeón olímpico Carlos Banteur, en la división de los 69 Kgs, así como el pleito en los medianos (75 kgs) donde Arisnoides Despaigne resultó victimario, por tercera vez consecutiva, del monarca mundial juvenil Rey Eduardo Recio.

Párrafo aparte para el joven Jorge Luis Mustelier (54 kgs), convencido desde el mismo inicio del certamen que estaba preparado para el oro, primero derrotó convincentemente al sub titular estival Andry Laffita y en la final no creyó en el campeón nacional Marcos Forestal al imponerse 12-6. Mustelier fue seleccionado el púgil más técnico de la lid.

En el “Girón” estuvieron otros, que realmente no fueron capaces de demostrar todo su talento, tampoco el arsenal técnico-táctico del que tanto se habla, y mucho menos combatividad, la mayoría se encargó de marcar los golpes que más o menos le garantizaban la victoria y… punto.

Dicen algunos aficionados que no existe rivalidad, otros aseguran, incluso entrenadores, que las principales figuras de cada división no están en forma óptima, por la fecha de celebración del torneo.

Lo cierto es, que la tarea del nuevo entrenador-jefe: Rolando Acebal y el resto de su colectivo es muy difícil, se imponen los análisis en cada una de las divisiones, buscar el ideal para cada peso, en algunos casos continuar puliendo defectos propios de la inexperiencia, incrementar la posibilidad de los topes con boxeadores de mayor rango, estudiar minuciosamente la estrategia a seguir con la reducción y cambios en algunas divisiones que anuncia la Asociación Internacional de Boxeo Amateur (AIBA), a partir del mes de Septiembre.

Sustituir, de golpe y porrazo, campeones olímpicos y mundiales que ya no están por diversas razones, exige concebir un plan muy bien elaborado, desde las categorías inferiores hasta la élite, brindarle mayor atención a las áreas en los municipios, a las academias provinciales, que todas no tienen las mismas condiciones y, algo vital, mantener las exigencias en la superación profesional de los entrenadores en la base.

De momento, no estoy de acuerdo con el calificativo que ostentaba el “Playa Girón” de: torneo nacional más fuerte del mundo, nos corresponde elevar su calidad, que los púgiles lleguen en forma óptima, enseñen su verdadero potencial, excluir a los apáticos y mediocres porque empañan el espectáculo, y les confieso, a pesar de todo, que no renunciaré a disfrutar en el futuro de una velada boxística de lujo, para que mi esposa no tenga otra alternativa que decir: “valió la pena el sacrificio”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario